Sunday, July 24, 2016

Muévete, coge aire, inspírate

Hace unos meses hablamos de como correr o hacer ejercicio físico al empezar el día nos puede ayudar cuando hacemos viajes de trabajo. El primero de los factores beneficiosos que comentamos era la contribución en el proceso de adaptación a la nueva zona horaria. El segundo, y quizá más importante, hacía referencia a la preparación física y mental para jornadas de intensas reuniones y de trabajo.

No obstante, el movimiento no es un factor clave solamente antes de empezar la jornada laboral. El movimiento nos puede ayudar a mejorar nuestros niveles de productividad o concentración a lo largo del día. Es habitual que después de estar horas consecutivas en la oficina nuestro nivel de concentración disminuya. En muchos casos esto se traduce a navegar por la red o mirar al móvil. En estos casos, lo que normalmente hago es levantarme y dar una vuelta fuera de la oficina para coger aire.

Es interesante ver el efecto que esto puede producir en nuestra concentración una vez de vuelta a la oficina. En esta misma dirección, salir a correr (o andar) al medio día puede producir un efecto similar. En mi caso, cuando vuelvo al trabajo con unos kilómetros en las piernas mi metabolismo está mucho más activo. Esto me ayuda a mejorar mi concentración y rendimiento.

La mayoría de nuevos dispositivos wearables de hoy en día ya nos indican, cada cierto número de horas, que nos toca mover. Estos gadgets pueden ayudarnos a introducir el movimiento de forma regular en nuestro día a día, a la vez que a conocer cuánto nos vemos. En cualquier caso, la medida de cada cuanto tiempo moverse la tenemos que decidir nosotros mismos (si estoy saturado o me cuesta concentrarme, entonces, me muevo).

Hemos comentado el efecto de “recarga de batería” que tiene movernos o correr cuando llegamos a ciertos puntos de saturación. Sin embargo, personalmente moverme o correr no sólo me produce un efecto recuperador (a nivel psicológico) sino que también me produce un efecto de creatividad. Muchas veces intentamos solucionar problemas complejos encerrados en una oficina o despacho. ¿Habéis probado de coger un bloc de notas y “salir a dar una vuelta”? Es interesante el efecto que el movimiento, cambio de entorno y aire puede producir en nuestra capacidad para solucionar problemas. En varias ocasiones, he aplicado este procedimiento con grupos de varias personas. Salir de la oficina y empezar a discutir el problema nos ha facilitado una interacción más dinámica y creativa.

Los wearables no pueden medir el nivel de creatividad que tenemos. No obstante varios estudios han demostrado que el movimiento activa la actividad cerebral, lo que puede explicar la efectividad de los mecanismos que os he comentado durante esta entrada. En resumen, el movimiento es una herramienta para mejorar nuestro rendimiento. Sin embargo, añadimos a la fórmula el cambio de entorno de trabajo también como ingrediente para coger tener nuevos estímulos que sean fuentes de inspiración y creatividad. Quizá, en un futuro no muy lejano, tendremos pequeños dispositivos que nos permitirán analizar estos valores y poderlos correlacionar con el movimiento.